viernes, 15 de abril de 2011

Lamentos del alma

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¡Ay, qué pena amada mía!
  Hemos perdido la pasión abrasadora
   En el loco y sereno amor de la protesta,
    Esa que nos confina y nos condena
     Al incesante reproche en penitencia.

¡Ay, qué pena me viene al alma!
  Que deja su huella y tu mirada desierta,
   Allá donde mueren suspiros de alcandora,
    Mientras se aletargan besos sin boca,
     En lengua cansina, sin meladura  y toda seca.

¡Ay, que llanto prolongado en amargura!
  Echando en falta tu mano llena de vida,
   En mi dolorido costado, ahora congelada.
    Sangrando el corazón se alborota en su zambra
     Y le llega el aviso de estremecedora derrota.

¡Ay, cuántos perdidos años en ignorancia!
  De nunca acumulada y extensa experiencia,
   Al tiempo que el sueño silencioso pasaba,
    Como nubes de inviernos negros engalanadas
     Asomándose a nuestra íntima y secreta ventana.



15 de abril de 2011
© Rafael Mulero Valenzuela




13 comentarios:

  1. Cuanta añoranza querido amigo en este hermoso poema tan bellamente representado.
    Espero y deseo que tu tendinitis esté mejor.
    Un abrazo.

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  2. A pesar de la tristeza, o por ella, son versos hermosos y sentidos.

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  3. Ay, qué pena de lamentos! querido amigo y poeta.
    Eres un artista con los versos, estos rebosan tristeza y dolor, pero con imágenes muy bellas. No sabes cómo deseo que tu próxima entrada sea más alegre, como eres tú, querido.
    Besos de colores que alegran la vida.

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  4. Hola querido Rafael que bello eh intenso poema que profundidad de sentimientos y tan lamentablemente triste me dio penita leerte amigo no me gusta que las personas estén triste,
    espero sea solo un arranque de escritor.

    Un gran abrazo con mucho cariño cuidate amigo,que tengas un gran fin de semana.

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  5. Has confeccionado el verso
    con esa cadencia perfecta
    dejando suspiros del alma,
    caricias aletargadas,
    en la mano del poeta.

    Un gran abrazo

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  6. Siempre he pensado que, en el fondo de tu alma, cubierta por un caparazón de risas y chanzas, existe algo de desolación y tristeza, que nosotros nos encargaremos de hacer desaparecer. Para eso nos citamos en el Café de las Sorpresas, nosotros, humildes rechazados de los que se creen poderosos, almas humildes y sencillas, capaces de sobrevivir al desaliento y vencer los problemas espirituales y materiales que nos acosan. Animo, poeta. Un fuerte abrazo.

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  7. Querido Rafael, poema brillante y desolador.
    Cómo siempre, es bello leerte.
    Espero que te recuperes pronto de la dolencia de tu mano y pronto vuelvas a estar entre nosotros, se te quiere y extraña, cielo.
    Recibe un fuerte beso de tu amiga

    ~Charo Bustos~

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  8. Hola Rafael.

    Hermosa ventana que nos deja ver tus letras.
    Cuida tu alma, tu mano y tu ánimo.

    Un beso.

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  9. Tanta tristeza desbordan tus versos, querido amigo, que has conseguido entristecerme; pero...
    de pronto he renacido de mis cenizas al pensar y creer con certeza que no se trata más que del famoso "yo poético" y que un "chaval" como tú que en otras ocasiones dejó versos tan alegres no podía ser el mismo protagonista de este bello poema.
    En fin, venía a felicitarte la Pascua y con el mayor de los afectos, dejarte un abrazo.

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  10. Se pierde la pasión,se pierde el día, el tiempo, las nociones, el silencio, cuando perdemos al ser amado, sea del modo que fuere. El poema está muy logrado porque es evocador de todo lo que subjetivamente reconocemos y recordamos de ese amor del que somos perdedores nosotros mismos, como tiempo atravesado, encarnado, de recuerdos en los que habitábamos con el ser amado. Un abrazo Rafael, me ha gustado muchísimo tu poema

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  11. Cuan tarde a veces reevemos lo hecho..nos ciegan los momentos de desidia y nos dejan un mal recuerdo..Perdido en el tiempo queda lo que pudimos haber hecho..para que este momento de hoy..sea el que quisimos siempre como destino.
    Saludos poeta desde el sur...

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  12. feliz Semana Santa...con afecto
    Marina

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  13. Cuando el amor y las caricias se convierten en esa gaviota lejana que vemos volar hacia nuevos horizontes, oímos los amargos lamentos del alma languidecer sobre el mar.
    Tus versos me han traído ese quejido triste de los labios sin besos. Espléndido, Rafael, eres todo un maestro de la´lírica, consigues una intensidad poética que admiro y con la cual me deleito.

    Un beso enorme, mi querido amigo y poeta.

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