Caigo y me levanto
Los ojos abro
contemplo con alboroto todo
todo lo que veo y siento.
Veo todo sin odio
o escrúpulo
y siento y vivo,
por eso llego al canto.
Siento,
no estoy frío,
respiro, me agito, hablo.
No tengo sosiego ni descanso
Me aprehendo en el beso
y me llego a mí mismo en el acto.
Me descubro sin miedo,
sin mal sueño,
y sueño todo...,
todo lo que quiero,
todo lo que ambiciono,
todo lo que amo
y así me hago poco a poco.
Sin respiro aprieto el hombro,
camino, vacilo, caigo y me levanto.
No sé qué importo,
pero la luz veo,
veo todo,
todo lo siento
y solo
siempre llego al canto.
© Rafael Mulero Valenzuela
Publicado en el libro “Torrelodones pueblo
de Poetas”
Editorial Sial.
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