Aplacemos
la despedida,
Un
solo punto, para mañana…
Para
ese instante mágico:
Definitivo
e inevitable;
Aunque
sea demasiado tarde,
Cuando
el Tiempo
Nos
anuncie, que el tiempo…,
Ya
no es Tiempo.
Ya
no es nada.
Ni
una apariencia.
Un
soplo.
Único
recuerdo…
Vago
remordimiento,
Cuando
no habite
Despabilado,
en la memoria,
Del
recuerdo incierto
Y
el Tiempo ya no sea Tiempo.
Y
el tiempo de la despedida,
Nos
niegue la retentiva.
O
acaso la leve mueca
De
una sonrisa tenue,
Compasiva
pero amarga,
Sin
la luz que se albergó,
Como
una flor en tus ojos
Esos
ojos…, de color esperanza.
Ahora…,
adiós.
Cuando
todavía hay tiempo,
De
abrazar tu último cuerpo,
Y
estrechar tus manos.
Adiós…,
ahora,
Cuando
tengo fuerzas y ánimo,
Para
escribirte las palabras…
Que
te han mimado,
Suspiros
que te han querido,
Lágrimas
que te han amado,
A
veces con desesperación,
Llenas
de mil anhelos.
¡Ah,
si hubiera podido…,
Besar
tus labios de fuego
Y
sentir del corazón tu latido,
Sembrado
de esperanza!
Aquí
te dejo mis palabras:
Cargadas
de ternura.
Aquí
te dejo mi despedida:
Dispuesta
y desnuda.
Son
inocentes e ingenuas,
Como
es este niño grande,
Que
en cauto silencio,
Siempre
te ha querido.
En
silencio siempre
Siempre
en silencio.
¡Dios
mío!
¡Tanto
cómo supliqué por ella!
©
Rafael Mulero Valenzuela
Primavera
de 2012
Rafael, amigo,poeta: ¡qué canto tan triste! Confío en que sólo se deba a tu despertar poético y no a persona alguna. Lo cierto es que en esta vida estamos siempre de despedida, algunos con la maleta preparada, otros tan desnudos como nosotros los poetas. Por otro lado, me alegro de que vuelvas a deleitarnos con tus poemas y que sigas escribiendo tu novela que, por lo hasta ahora leído, me parece muy buena. Un fuerte abrazo de tu amigo Fernando.
ResponderEliminarQuerido amigo y poeta Fernando: ya sabes los momentos que atravieso. De cualquier manera ya sabes que hay quien de mí dice que soy un poeta triste. Esta es una época para mí llena de acontecimientos, de algunos sinsabores, de decepciones, de amargas y profundas penas. Así es, el corazón de un poeta siempre se debe mostrar desnudo, sin vergüenza de sus latidos, de sus quejas, de sus propias lágrimas.
EliminarComo bien puedes ver este canto triste, nada tiene que ver con tu magnífico poemario sobre el Amor incierto, lleno de profundidad, de serena meditación y sin ninguna tristeza.
Gracias por tu comentario. Un abrazo fuerte. Tu amigo.
http://youtu.be/a9hyh1mUMzk
ResponderEliminarNo me digas adiós, dime hasta luego
tomame en tus brazos, quiero sentir el calor de tu pecho
para entibiar el frió de este momento.
No me digas adiós, dime nos vemos
que mis ojos se cubren con el velo de las lágrimas
al sentir ese beso en la mejilla de esta despedida.
No me digas adiós, dime mañana te veo
hagamos de este momento algo eterno
soltare tu mano suavemente
como se exhala un suspiro prolongado
que mi alma llora por dentro.
No me digas adiós, solo dime hasta siempre
guardaremos este silencio en nuestros corazones
liberame de esta tristeza de no verte...
Poeta
arrópame con tus letras
no me dejes a la deriva
dime…
¿Qué será ahora de mi vida
sin tener las caricias tuyas?
Besa mis ojos tristes con tus versos
acaricia mi alma con tus sentimientos
reencántame con mágicas palabras
y no me digas adiós...
Profundamente dedicado a Rafael Mulero
S.B.
Mi siempre querida S.B.
ResponderEliminarTú bien sabes que nunca te diré adiós. Para ti no existe esa palabra en mi vocabulario. Desearía que mis palabras pudieran calmar el llanto de tu alma y si ha llorado por esos circunstanciales versos dile que nunca más los repetiré. No estás a la deriva; estamos en el mismo círculo mágico. Siempre en silencio danzando en el círculo mágico de la vida. S.B. gracias por tus palabras. Un beso siempre.
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