sábado, 24 de julio de 2010
Poema incompleto
Después de decirte tantas cosas
Después de cantarte esas canciones
Después de hablarte con voz cadenciosa
Después de pensarte en tantos sueños
Después de sentirte en mágicas caricias
Después de hallarte en luz entusiasmada
Después de descubrirte en tu sexo
Después de escucharte en pálpito esperanzado
Después...
Hay algo en mi alma
Que me dice que a este poema
Algo le falta
Algo que allí mis entrañas no reconoce
Algo que no encuentra sustantivo ni adjetivo
Algo que se pierde
En el esfuerzo inútil de mi fantasía
Algo que en mi imaginación
Lucha contra el corazón.
Faltas tú
Real, envolvente
Oculta en la bandada de gaviotas
Que te transporta en luces de arco iris.
Yo permanezco en este canto
Incompleto
Silencioso
Expectante
Mientras la gaviota poeta
Me indica en su vuelo
El rumbo norte de la paciencia.
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Hola, poeta. Siempre me ha gustado de ti la paciencia y el norte de tu conducta. Siempre te ha gustado ver el arco iris como un niño entusiasmado porque a la vez eres hombre y niño. Un beso
ResponderEliminarAmigo y poeta Rafael: ¡qué delicia de poema!¡Qué bien enlazada la imagen con el texto! Se evidencia claramente tu enorme experiencia en el amor y esa perfecta utilización de la palabra poética. Voy a recorsdar esta poesía durante mi reposo veraniego y a lo mejor la declamaré a mis hijas en una noche de estrellas junto al mar. Un abrazo, poeta.
ResponderEliminarHola,Elena. Me encanta saber de ti. Efectivamente siempre he sido un niño y después cuando aprendí a ser hombre no dejé de ser niño. Un beso y gracias por tu comentario
ResponderEliminarFernando, amigo poeta: siempre eres muy bondadoso con las cosas que escribo. El amor nunca se aprende, se acumula en el alma día a día como hace este sol que nos abrasa y nos alumbra en nuestra no reconocida cordura. Un abrazo
ResponderEliminarpoema incompleto, amigo poeta?...
ResponderEliminarPoema rotundo! Diría yo....
Un abrazo, Rafael....
Estimado Fernando N., gracias por tu comentario demasiado esplendido. Ahora con la recomendación que hace tu tocayo me obligaís a pensarme mejor colocar mis poemas en el blog. Un abrazo, poeta. Rafael
ResponderEliminarBien Rafael, bien, se ve que en merodeando las luces del alba, cuando los monjes andan prestos para tocar a maitines, la inspiración acude a tu mente y el poema te desborda.
ResponderEliminarMe gusta
Antonio
Gracias, Antonio. Esas luces del alba son siempre un consuelo para aliviar las desdichas de algunas noches. Un abrazo. Que el Parnaso avance a todo velocidad pero con buen ritmo. Estoy deseando verla representada en el escenario. Un abrazo.
ResponderEliminarEsplendido poema, lleno de sentimiento y nostalgia.
ResponderEliminarFue una sorpresa muy grata volver a buscar tu blog y encontrar, tantos poemas publicados.
Me alegra constatar que sigues escribiendo.
Estaré pendiente de lo que publique ya que me es muy grato leerlo.
¡Enhorabuena!